martes, 19 de diciembre de 2017

MITOS Y ERRORES EN EL ACUARISMO


Biol. Luis Fernando Cubillas Hernández

Como ya se ha dicho en muchas ocasiones, el acuarismo es una afición que se ha desarrollado enormemente en muchos lugares del mundo.

Todos los días existe una persona que se interesa en ingresar al mundo del mantenimiento de seres vivos acuáticos en su lugar, sin embargo, en un gran número de estos casos, está decidida actitud se ve obstaculizada por información incorrecta que pueden provenir de muy distintas fuentes: amistades con poco conocimiento del tema o que tuvieron un fracaso en la afición también por una asesoría inadecuada, comerciantes del ramo cuya única finalidad es vender y no fomentar una verdadera formación acuarista, o mala interpretación y distorsión de información adecuada. Este factor de mala información en muchas de las situaciones consigue que la persona que tenía un gran interés en esta actividad ni siquiera lo intente ante algo tan difícil. (???).

Realmente el acuario es sencillo, si bien requiere que se dedique atención y tiempo, la mayor parte de los procesos que deben realizarse son de fácil compresión y asimilación ya que al ser experiencias personales difícilmente se olvidan. La sencillez en el acuarismo se basa en el buen conocimiento de los elementos fundamentales para mantener y un ambiente que provea a nuestros organismos de las condiciones óptimas para vivir y no solo sobrevivir.

La presente contribución tiene la finalidad de dejar en claro porque algunas de las aseveraciones que a veces escuchamos los acuaristas pueden ser calificadas como mitos o errores que se han difundido y que en algunos casos el neófito considera verdades casi absolutas y por lo tanto aplicables.



EL TAMAÑO DEL ACUARIO PRINCIPIANTE

“Para probar mejor inicia con un acuario pequeño”, este parece un consejo lógico, pero iniciarse en el acuarismo con un acuario de capacidad inferior a los diez galones (37.8lts) puede resultar muy mala experiencia. Generalmente ante el temor de no poder sostener en buen estado un sistema artificial como este, la persona no quiere arriesgar mucho dinero pero a largo plazo esto puede resultar más costoso de lo que aparenta. La causa es que un acuario pequeño puede saturarse con desechos con suma rapidez, por lo tanto requerirá mantenimiento en forma muy frecuente, tal vez mas de que la persona tenía en mente dedicarle. Este tamaño también tiene la desventaja de saturarse con peces con gran facilidad y estos se encuentran sometidos a importantes fluctuaciones de temperatura, frecuentes en volúmenes pequeños de agua, que tendrán efectos negativos sobre su salud. Finalmente, el problema clásico del principiante, la sobrealimentación, manifestara sus efectos en forma casi instantánea en la calidad del agua, causándonos la perdida de nuestros ejemplares y como consecuencia del ánimo por esta afición.

Nuestra recomendación es adquirir el acuario más grande dentro de sus posibilidades económicas –consideramos que el mínimo para un principiante es el de diez galones-, este acuario debe estar provisto de sistema de filtración biológica, sistema de calefacción y aireación como  mínimo, además de contar con los acondicionadores necesarios para su instalación y mantenimiento. Un acuario de buena capacidad, al ser un sistema más estable, nos proporcionara una tolerancia mayor a los errores y falta de experiencia que tenemos los principiantes y evitara la situación traumática que ha alejado a muchas personas del acuarismo.




EL USO DEL AZUL DE METILENO

El azul de metileno fue uno de los primeros desinfectantes de uso en el acuarismo, en la actualidad su utilización se restringe como preventivo de fungosis en desoves de peces y como tratamiento de las primeras etapas de fungosis en la piel de los peces adultos, aplicándose en forma directa sobre la herida. Pero desde nuestro punto de vista existe una forma de uso que no es el adecuado y que es consecuencia de la siguiente frase: “Se debe agregar azul de metileno en los acuarios recién instalados para prevenir infecciones”. El azul de metileno no debe ser utilizado en acuarios de reciente instalación o cuando se efectúan un cambio total, ya que está demostrado que este inactiva a las bacterias nitrificantes, quienes se encargan de convertir el toxico amonio en nitritos y nitratos, compuestos de menor toxicidad. Cuando recién instalamos un acuario la base para su equilibrio biológico, que nos permite introducir la población de peces, y plantas, es precisamente el crecimiento de la colonia de bacterias benéficas y el uso de azul de metileno se opone a este proceso. Además otra desventaja de su uso es que la mayor parte de los objetos dentro del acuario y el silicón adquieren color azul, lo que perjudica el aspecto estético del acuario.

Nuestra recomendación para el uso del azul de metileno es para acuarios que no sustenten su equilibrio en un sistema de filtración biológica, como los acuarios hospital, específicos para el tratamiento de las enfermedades, o en el agua que se introducirá para restituir la extraída en un cambio parcial en el acuario con filtro biológico. En este caso agregue la dosis indicada por el fabricante solo en dicha porción del agua.





LOS CAMBIOS PARCIALES DE AGUA

“Mi acuario está maduro y su agua es cristalina, no necesita cambios”. Existen personas que mantienen por mucho tiempo la misma agua dentro de su acuario porque la consideran “madura” y solo reponen la que se evapora utilizando agua limpia y acondicionada.

Cuando efectúan un cambio de agua, que generalmente se acompaña de una limpieza total del acuario y sus elementos, esto trae graves consecuencias con sus peces y culpan al cambio de tal resultado. Cuando un acuario no está sujeto a los cambios parciales en forma periódica, todas las substancias de desecho van creando ciertas condiciones fisicoquímicas en el agua a las que los peces o al menos parte de ellos se adecuan a su gran capacidad fisiológicas, pero esto se da en forma gradual, de ahí que el daño que les causa un cambio total se debe a que el pez es sometido a una variación muy brusca de ambiente, pasando de uno de alta concentración de substancias disueltas, producto de excedentes de alimentos y desechos propios del pez, que tiene efectos sobre el pH y otros factores químicos, para luego ser introducidos a otro ambiente totalmente distinto: substancias disueltas en cantidad mínima y valores químicos que dependen más del origen de esta agua que de otra cosa. El resultado de este cambio brusco es un Shock osmótico que generalmente termina con la muerte del pez como consecuencia del esfuerzo fisiológico por adaptarse al nuevo ambiente.

En otros casos la falta de cambios parciales de agua combinada con sobrealimentación o sobrepoblación trae problemas de calidad del agua que se manifiestan en enfermedades diversas.

Los acuarios que son mantenidos en base a un programa de cambios parciales son acuarios que generalmente se mantienen en equilibrio ambiental ya que al extraer parte del agua con ayuda del sifón se eliminan también desechos sólidos que se acumulan en el fondo, y al agregar el agua de relleno se diluyen las substancias disueltas.
Las recomendaciones en este aspecto son: si no se ha efectuado cambios parciales de agua en mucho tiempo, puede iniciar con esta técnica, pero solo cambie el 5% en la primera semana e incremente en forma gradual hasta llegar al 20% a la quincena, deteniendo estos cambios si nota desmejora en sus ejemplares, pero monitoreando parámetros físico-químico de su acuario para evitar condiciones de riesgo.

Si decide seguir este proceso de mantenimiento la recomendación es la de cambiar el 10% a la semana o el 30% a la quincena, según se manifieste la necesidad de acuerdo a las condiciones de su acuario o en base a el tiempo disponible para esta actividad.

Recuerde que aunque el agua sea “limpia y cristalina” a la vista, puede haber una concentración de substancias dañinas, como el Amonio (NH-3), cuya presencia en exceso solo será señalada por la intoxicación o muerte de los peces del acuario o a través de la medición de su concentración con los reactivos químicos correspondientes.




ACUARIOS DEL MISMO VOLUMEN PERO DIFERENTES PROPORCIONES

Es muy común que se piense: “La cantidad de peces en un acuario depende de la cantidad de agua contenida en él”. Esto se puede basar en el conocimiento de que los peces respiran el oxígeno contenido en el agua, son embargo hay otros factores además de la cantidad de agua que determinan la supervivencia de cierto número de peces en un acuario. Esto es cierto, el número de peces que puede recibir cierto volumen de agua depende del nivel de oxígeno disuelto en el agua, pero también de la facilidad para que este sea repuesto y de la facilidad para que gases tóxicos, como el bióxido de carbono, puedan ser eliminados.

Ambos procesos ocurren en la superficie del agua (que es la zona de interface de la atmosfera y el agua), por lo tanto es lógico que un acuario con una superficie más amplia permita mejor la realización de estos procesos de difusión del oxígeno y eliminación de CO2.



LA SAL EN EL ACUARIO DE AGUA DULCE

“Mis peces provienen de aguas de rio, no necesitan sal”. Este es otro mito expresado por algunas personas cuando se les sugiere la adición de sal para acuario. Evidentemente no existe comparación entre el contenido de sal del agua marina y la de los ríos, sin embargo esta agua que denominamos dulce para distinguirla de la salada, siempre tiene cierto nivel de sales disueltas mismas que son esenciales para los procesos biológicos de los peces. En la mayor parte de nuestro país se hacer necesario el uso del cloruro de sodio (NaCl) como un suplemento en los acuarios de agua dulce para compensar la carencia de minerales disueltos. La sal generalmente es usada como un aditivo que ayuda a reducir el estrés asociado con daño físico o altos niveles de nitritos (Andrews, et, al,1988), ya que provee de iones de sodio y cloro que el pez `pierde cuando se presentan estas situaciones.
Otra afirmación acerca de la sal es la siguiente: “la sal mata a las Corydoras (peces gato)”, aunque algunos autores como Ginny Eckstein sugiere un uso cuidadoso de este compuesto en acuarios que contengan peces de este género, especialmente Corydoras barbatus, generalmente la adición de hasta ocho cucharadas soperas de sal por cada 10 galones de agua no tiene efectos graves sobre estas especies. En lo personal he mantenido acuarios con peces vivíparos (Guppies, Mollies y espadas) que requieren de dicha concentración de sal y los peces gato (Corydoras) que ahí ni habitaban no tuvieron ningún problema de salud, incluso su crecimiento fue normal con respecto a los que habitaban no tuvieron ningún problema de salud, incluso su crecimiento fue normal con respecto a los que habitaban en condiciones menos salinas.

Como dato adicional podemos anotar que la mayor parte de estos gatos provienen de Sudamérica y el contenido de sales disueltas reportados como sus rangos de tolerancia van desde una pequeña cantidad hasta concentraciones medias de estas.

Finalmente en lo referente al uso de sal de mesa (sal yodada), esta se puede utilizar ya que no se han mostrado efectos dañinos en los peces, aunque el Yodo que contiene puede causar daño a las bacterias nitrificantes, por lo tanto no se recomienda para acuarios ya establecidos, sino mejor en acuarios hospital que no mantienen su equilibrio en base al funcionamiento del filtro biológico.

Es importante señalar que al agregar cualquier cantidad de sal al acuario esta debe ser previamente disuelta en agua tomada del mismo acuario y agregarse gradualmente en zonas con buena circulación en él, a la salida de los filtros, por ejemplo. Lo anterior tiene la finalidad de que el cambio en la concentración en el acuario sea gradual y lo más uniforme para no crear problemas fisiológicos a peces y plantas.


Estos son algunos de los conceptos erróneos más comunes a los que se enfrentan tanto los acuaristas principiantes como los que ya tienen largo camino recorrido en la afición, y sin lugar a dudas la experiencia nos indica que el único medio para librarnos de ellos es la constante búsqueda de información, ya sea impresa, en los medios electrónicos o a través de la consulta a personas que con sus acuarios nos muestra la veracidad de sus conocimientos. 

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