lunes, 17 de septiembre de 2018

ICH NEGRO Una enfermedad parasitaria común pero poco conocida

Dr. Carlos Pineda Villaseñor


El ich negro o enfermedad de los puntos negros es el nombre común que se aplica a la enfermedad producida por el parasito Ichthyphago o turbelaria.

De acuerdo a la nomenclatura científica, la turbelaria pertenece al filo de los platemintos y afecta principalmente a peces marinos de ornato, predominantemente al cirujano amarillo, Zebrasoma flavescens.

Efectivamente, existen otras variedades de ich, desde luego la más común y la que la mayor parte de los aficionados a la acuariofilia están acostumbrados a reconocer es el ich o la enfermedad de los pintos blancos, que es el nombre común con que se designa a la enfermedad producida por los protozoarios ciliados: Ichthyophthirius multifiliis en el caso de los peces de agua dulce y  Cryptocarion irritans en los peces marinos.

Los principales argumentos que me llevaron a investigar y escribir sobre este tema fueron: la sorprendente escases y en otros casos completa ausencia de información sobre la materia, en los libros de acuariofilia comúnmente consultados por los aficionados, el insuficiente conocimiento del problema por parte de algunos integrantes del personal de las tiendas de acuario y la relativa frecuencia con la que observamos el problema en nuestros peces marinos, principalmente el cirujano amarillo.

Antes de entrar directamente al tema creo conveniente definir algunos términos que se emplean con frecuencia dentro de la parasitología de los peces desacuerdo. El término parasito se aplica generalmente a un organismo más débil que obtiene de otro alimento y agregó. La especie portadora del parasito, llamada huésped, puede no sufrir efectos dañinos o verse afectada por varios trastornos funcionales y orgánicos.

Parasitismo se refiere a cualquier relación reciproca en la cual una especie depende de otra. Esta asociación puede ser momentánea o permanente. En la simbiosis, existe una asociación de dos organismos que no pueden vivir independientemente; en el mutualismo ambos organismos obtienen beneficios de una asociación de dos organismos que no pueden vivir inmediatamente; en el mutualismo, ambos organismos obtienen beneficios de la asociación, en el comensalismo uno de ellos recibe beneficios pero el otro no se daña.

La localización de los parásitos en el huésped también recibe nombres descriptivos.
Un ectoparásito vive en el exterior del cuerpo del huésped (infestación) mientras que dentro de este encontraremos a los endoparásitos (infección).

Se había de un parasito facultativo si puede llevar indistintamente una vida libre o bien parasitaria, de un parasito obligado si tiene residencia permanente en el huésped, dependiendo totalmente de él. Los parásitos temporales llevan vida libre parte de su existencia, y buscan al huésped en forma intermitente para obtener del su alimento. El parasito patógeno produce en el huésped enfermedad o bien lesiones mecánicas traumáticas o toxicas.


CICLO VITAL

Los parásitos han adquirido ciclos vitales más o menos complejos por adaptación al huésped y al medio externo. Una parte de los parásitos de los peces alcanza su madurez sexual en los huéspedes, algunos al abandonar el huésped, quedan expuestos a las vicisitudes del medio externo. Durante su vida extracorpórea, pueden permanecer inertes en forma de quistes, huevos o larvas resistentes, o mostrar crecimiento y metamorfosis activos. Además, las larvas de parásitos pueden pasar por varias fases de desarrollo en el huésped intermediario antes de llegar al huésped definitivo.
El huésped definitivo abriga al parasito adulto o sexualmente maduro, el huésped intermediario es el que aloja a las larvas o formas inmaduras de los parásitos.

ICHTHYOPHAGOS

Las turbelaria o ichthyophagos son gusanos aplanados que pertenecen al filo de los platyhelminthes, comúnmente llevan una vida libre, sin embargo, bajo ciertas circunstancias pueden parasitar a ciertas variedades de peces.

Existe debate acerca de su posición taxonómica precisa. George C, Blasiola en 1976, reporto la infestación del cirujano amarillo (Zebrasoma fla escens), del cirujano sailfin (Z. Veliferum), del ángel emperador (Holocanthus imperator) y del ángel lemon peel (Centropyge fla issimus) por turbelarias, en forma independiente y casi simultánea, Condé reportó la presencia de pequeñas turbelarias parasitando dos especies de labridos del Caribe, investigaciones subsecuentes, aclararon que en ambos casos la infestación era causada por la misma especie de turbelaria.

CICLO VITAL
Las turbelarias poseen un ciclo vital directo, por lo que son capaces de completar su ciclo vital en sistemas cerrados como el de nuestros acuarios. Se cree que este tipo de gusanos planos partenogonocos, es decir que son capaces de reproducir la especie por medio de un ovulo no fecundado.

Las formas adultas en su etapa parasitaria se adhieren a la superficie externa del pez, es decir a la piel del huésped, permanecen unidos al pez parasitado por espacio aproximado de seis días, posteriormente, los gusanos adultos se separan del huésped, cayendo en el sustrato del acuario o de su hábitat natural.

Las formas inmaduras de las turbelarias se engendran dentro del cuerpo de los parásitos adultos, en donde crecen, se desarrollan y maduran. Una vez alcanzada la etapa madura, los gusanos procreados abandonan el cuerpo de su progenitor a través de una pequeña hendidura lateral.

Alrededor de los 160 nuevos parásitos juveniles son liberados de cada adulto. Dado que el parasito progenitor ha caído al sustrato las larvas en su fase de vida y nado libre se dan a la tarea de buscar otro huésped al que se adhieren a su superficie corporal exterior, maduran y llegan a la edad adulta, completando su ciclo de vida.

Por tratarse de un ectoparásito, la infestación ocurre primeramente en la superficie corporal del pez parasitado. En ocasiones, sin embargo, se pueden encontrar turbelarias en la cavidad opercular y en los delicados filamentos de las agallas.

Las turbelarias se alimentan de las células de la piel del huésped, además, presentan movimientos activos dentro de la epidermis y la dermis; estas dos características son las responsables de las lesiones y hemorragias observadas en el parasito por turbelarias. Los peces no tratados inicien una fase de emaciación y debilitamiento que puede llegar a terminar con la vida del pez.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Un pez infestado por turbelarias muestra numerosos y pequeños puntos negros, localizados en diferentes áreas o regiones de su cuerpo, usualmente por abajo y por detrás de las aperturas operculares y en algunas ocasiones  en las aletas. Los parásitos son perceptibles a simple vista. Son más aparentes en los peces de colores claros. Los peces infestados muestran un comportamiento anormal, caracterizado básicamente por: rascado o frotamiento contra superficies duras como corales, piedras o substrato, rechazado a los alimentos, apatía, desgano e indiferencia, así como la tendencia a esconderse.


Aqua Guia
Num 17
Año 1997

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