El ich negro o enfermedad de los
puntos negros es el nombre común que se aplica a la enfermedad producida por el
parasito Ichthyphago o turbelaria.
De acuerdo a la nomenclatura científica,
la turbelaria pertenece al filo de los platemintos y afecta principalmente a
peces marinos de ornato, predominantemente al cirujano amarillo, Zebrasoma
flavescens.
Efectivamente, existen otras
variedades de ich, desde luego la más común y la que la mayor parte de los
aficionados a la acuariofilia están acostumbrados a reconocer es el ich o la
enfermedad de los pintos blancos, que es el nombre común con que se designa a
la enfermedad producida por los protozoarios ciliados: Ichthyophthirius
multifiliis en el caso de los peces de agua dulce y Cryptocarion irritans en los peces marinos.
Los principales argumentos que me
llevaron a investigar y escribir sobre este tema fueron: la sorprendente
escases y en otros casos completa ausencia de información sobre la materia, en
los libros de acuariofilia comúnmente consultados por los aficionados, el insuficiente
conocimiento del problema por parte de algunos integrantes del personal de las
tiendas de acuario y la relativa frecuencia con la que observamos el problema
en nuestros peces marinos, principalmente el cirujano amarillo.
Antes de entrar directamente al
tema creo conveniente definir algunos términos que se emplean con frecuencia
dentro de la parasitología de los peces desacuerdo. El término parasito se
aplica generalmente a un organismo más débil que obtiene de otro alimento y agregó.
La especie portadora del parasito, llamada huésped, puede no sufrir efectos
dañinos o verse afectada por varios trastornos funcionales y orgánicos.
Parasitismo se refiere a
cualquier relación reciproca en la cual una especie depende de otra. Esta asociación
puede ser momentánea o permanente. En la simbiosis, existe una asociación de
dos organismos que no pueden vivir independientemente; en el mutualismo ambos
organismos obtienen beneficios de una asociación de dos organismos que no
pueden vivir inmediatamente; en el mutualismo, ambos organismos obtienen
beneficios de la asociación, en el comensalismo uno de ellos recibe beneficios
pero el otro no se daña.
La localización de los parásitos
en el huésped también recibe nombres descriptivos.
Un ectoparásito vive en el
exterior del cuerpo del huésped (infestación) mientras que dentro de este
encontraremos a los endoparásitos (infección).
Se había de un parasito
facultativo si puede llevar indistintamente una vida libre o bien parasitaria,
de un parasito obligado si tiene residencia permanente en el huésped,
dependiendo totalmente de él. Los parásitos temporales llevan vida libre parte
de su existencia, y buscan al huésped en forma intermitente para obtener del su
alimento. El parasito patógeno produce en el huésped enfermedad o bien lesiones
mecánicas traumáticas o toxicas.
CICLO VITAL
Los parásitos han adquirido
ciclos vitales más o menos complejos por adaptación al huésped y al medio
externo. Una parte de los parásitos de los peces alcanza su madurez sexual en
los huéspedes, algunos al abandonar el huésped, quedan expuestos a las
vicisitudes del medio externo. Durante su vida extracorpórea, pueden permanecer
inertes en forma de quistes, huevos o larvas resistentes, o mostrar crecimiento
y metamorfosis activos. Además, las larvas de parásitos pueden pasar por varias
fases de desarrollo en el huésped intermediario antes de llegar al huésped definitivo.
El huésped definitivo abriga al
parasito adulto o sexualmente maduro, el huésped intermediario es el que aloja
a las larvas o formas inmaduras de los parásitos.
ICHTHYOPHAGOS
Las turbelaria o ichthyophagos
son gusanos aplanados que pertenecen al filo de los platyhelminthes, comúnmente
llevan una vida libre, sin embargo, bajo ciertas circunstancias pueden
parasitar a ciertas variedades de peces.
Existe debate acerca de su posición
taxonómica precisa. George C, Blasiola en 1976, reporto la infestación del
cirujano amarillo (Zebrasoma fla escens), del cirujano sailfin (Z. Veliferum),
del ángel emperador (Holocanthus imperator) y del ángel lemon peel (Centropyge
fla issimus) por turbelarias, en forma independiente y casi simultánea, Condé
reportó la presencia de pequeñas turbelarias parasitando dos especies de
labridos del Caribe, investigaciones subsecuentes, aclararon que en ambos casos
la infestación era causada por la misma especie de turbelaria.
CICLO VITAL
Las turbelarias poseen un ciclo
vital directo, por lo que son capaces de completar su ciclo vital en sistemas
cerrados como el de nuestros acuarios. Se cree que este tipo de gusanos planos
partenogonocos, es decir que son capaces de reproducir la especie por medio de
un ovulo no fecundado.
Las formas adultas en su etapa
parasitaria se adhieren a la superficie externa del pez, es decir a la piel del
huésped, permanecen unidos al pez parasitado por espacio aproximado de seis días,
posteriormente, los gusanos adultos se separan del huésped, cayendo en el
sustrato del acuario o de su hábitat natural.
Las formas inmaduras de las
turbelarias se engendran dentro del cuerpo de los parásitos adultos, en donde
crecen, se desarrollan y maduran. Una vez alcanzada la etapa madura, los gusanos
procreados abandonan el cuerpo de su progenitor a través de una pequeña
hendidura lateral.
Alrededor de los 160 nuevos parásitos
juveniles son liberados de cada adulto. Dado que el parasito progenitor ha caído
al sustrato las larvas en su fase de vida y nado libre se dan a la tarea de
buscar otro huésped al que se adhieren a su superficie corporal exterior,
maduran y llegan a la edad adulta, completando su ciclo de vida.
Por tratarse de un ectoparásito,
la infestación ocurre primeramente en la superficie corporal del pez
parasitado. En ocasiones, sin embargo, se pueden encontrar turbelarias en la
cavidad opercular y en los delicados filamentos de las agallas.
Las turbelarias se alimentan de
las células de la piel del huésped, además, presentan movimientos activos
dentro de la epidermis y la dermis; estas dos características son las
responsables de las lesiones y hemorragias observadas en el parasito por
turbelarias. Los peces no tratados inicien una fase de emaciación y
debilitamiento que puede llegar a terminar con la vida del pez.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Un pez infestado por turbelarias
muestra numerosos y pequeños puntos negros, localizados en diferentes áreas o regiones
de su cuerpo, usualmente por abajo y por detrás de las aperturas operculares y
en algunas ocasiones en las aletas. Los parásitos
son perceptibles a simple vista. Son más aparentes en los peces de colores
claros. Los peces infestados muestran un comportamiento anormal, caracterizado básicamente
por: rascado o frotamiento contra superficies duras como corales, piedras o
substrato, rechazado a los alimentos, apatía, desgano e indiferencia, así como
la tendencia a esconderse.
Aqua Guia
Num 17
Año 1997
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